4.11.07

La culpa de tu boca

Raro que hasta hace un rato
yo estaba solo
y no me acordaba del silencio
yo sumergido en él.

Ya ahora te miro
esa boca suspendida
y la mirada como en un sueño
al que no accedo.

Me extravío en tu
extravío.
Se multiplica la soledad
en ese instante privado
nuestro.

Vos callas mirando un mecanismo
invisible
Vos callas y
yo
te espío.

(Adónde te iras cuando nos dejamos,
cuando la montaña te esconde,
adónde te vas si no estamos
me imagino tus caminos y
me voy por los míos.
De la vida se o quizás
quiero saber,
que se mide en tiempo y
para nosotros por lo menos
lo tengo. Sosegado por
un extraño contacto. Me
gusta saber que no te tengo ni vos a mí,
¿me esfuerzo?
si es saber que somos accidentes
que se frecuentan, un instante
¿qué se puede planear mientras
se existe tan caoticamente?
Me resta creer que el espiral es
hacia arriba y ya
no temer un invento
de infierno improbable,
quien sería tan insensato
de querer castigarnos
a vos y a mí
creaturas sin norte ni sur
por encontrarnos)

1 comentario:

Josefina dijo...

por qué siempre justo cuando empezamos a disfrutar del silencio y de la ausencia es cuando la perdemos?
es simple a masoquismo?
o quizás es que ambos se disfrutan desde la ignorancia?
oh! qué país anhelado! ignorar el tedio absurdo de los días y sólo saber que puedo encontrarme en cualquier rincón un pedazo de poesía