
entender el tiempo
la existencia dejaría
de ser prisión
y yo retornaría
a aquel estado
que ahora añoro
en mis horas más
solitarias.
Entonces sería yo
un animal, quizás un tigre
de ojos verdes y profundos,
deseante.
Y eventualmente,
solo
eventualmente,
me atravesaría
la razón.