23.10.07

Fragilidad y espacio

Existe un margen de cambio
y es ajeno a mí entendimiento.
La fundación de la duda más hostil
que ni los pasajes más sabios y lúcidos
de Rilke o Dolina pueden apagar
en la ya diluida solución/respuesta.

Existe la llama primera.

¿Entonces el agua posterior es
dura como la tensa superficie del lago?

O es tejido mental?
Es bala de salva,
energía errante,
combustión vana.

Ese pensamiento... ¿es duda, capricho o terror?

¿La ambivalencia es llana locura o semilla genial?

¿El aprendizaje es posible o cuanto menos probable?
La vida es sueño
o sino qué queda?

¿La aparente incompatibilidad con el
sueño de ligereza es mí epitafio
o mi suicidio?

¿El dolor duele porqué no lo deseo o
porque desearía no desearlo?

Qué plomo llevan en sus zapatos
los genios que se los atan para no salir cual helio en globo.
Ese doble filo (¿por qué es tan injusto qué unos puedan?):
¿es pura dicha, el virtuoso volador que se expresa tajante
en el cosmos?

¿Hay algo más triste que ser poeta?

Cómo se sabe si las alas sirven si
se teme no enamorarse del vuelo, del viento en el
cuerpo tosco y aerodinámico.

¿Qué mayor tristeza que no enamorarse
de lo que uno quisiese amar?

O es esta una estrategia más ,
mecano hostil,
una tuerca más.

La fragilidad del sentido huye de
las naranjas hojas del diccionario.

El sentido:
Flota difuso,
es bruma.

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