La lluviosa certeza,
tormenta de calma insospechada.
La lejanía ahora cercana,
una tristeza extranjera e indocumentada.
El gusto por el impulso y
la solvencia de la mirada
paciente.
Floto brumoso:
Nublino
No escatimo,
voy (quizás)
sin atino.
Pero para qué frenar
cuando hay que atravesar
la fricción de la ficción.
Pegote de sueño en primavera,
prematura y
pronosticada.
Dolor de todos finiquitado por
un diafragma expansivo.
Se abnega la angustia.
Se aplasta la pena.
Se arremete con la liviandad
del alma sin cabos.
14.10.07
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